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Ver las 1001 películas del libro "1001 películas que debes ver antes de morir" y hacer un pequeño post sobre cada una. Puedes seguir mis progresos en esta lista

#569. El dormilón / Sleeper (1973)


Ficha técnica: IMDB Wikipedia  Filmaffinity
Vistas: 56
Restantes: 945
Vista en: 17 de Abril de 2012.
Lugar: En casa.




"If I don't get at least 600 years, I'm grouchy all day/
Si no duermo por lo menos 600 años, estoy de mal humor todo el día"


Miles Monroe (Woody Allen) que había ingresado en el hopital por una operación rutinaria, se despierta 200 años en el futuro tras un proceso de hibernación. Pronto Miles se da cuenta de que el país está gobernado por un líder fascista llamado el Jefazo que sometida a toda la población en un estado de apatía. Con la involuntaria ayuda de Luna (Diane Keaton), una snob de clase bien, Miles intentará acabar con el poder del Jefazo.
Nota: Es mi intención aprovechar las seis películas de Woody Allen que hay en la lista para desarrollar un especial sobre el director donde hablaremos también del retos de films. Pero no te preocupes, si sólo has venido aquí buscando información de El dormilón, la primera parte está dedica a ésta película.

Sin duda la película más conocida de la primera época de Woody Allen. Una época marcada por las películas de gags donde se perdía la complicidad del espectador a cambio de la carcajada. Sin embargo, en esta película sí que se produce algo de conexión emocional entre los personajes y el espectador, merced a la extraordinaria química entre Diane Keaton y el propio Allen.  Keaton supone un soplo de aire fresco frente a las dos anteriores compañeras profesionales del director.  Mientras Janet Margolin (Toma el dinero y corre) y Louise Lasser (Bananas, Todo lo que..., segunda mujer de Allen) hacían un papel más secundario casi como objetos de deseo ideales e inalcanzables; el personaje de Keaton tiene una gran profundidad y se equipara en importancia al de Allen. Se trata de una mujer del futuro que ha vivido toda su vida “aletargada” más interesada por las fiestas que por la política. A través de Allen descubrirá la verdadera naturaleza del mundo en el que vida y la falsedad de su existencia pasada.

Woody y Diane, en esta época ya no eran pareja

La inclusión de Diane Keaton, al ser principalmente una actriz cómica, también hace que el peso de los gags se reparta a partes iguales entre los dos protagonistas. Liberando con ello a Allen de una importante carga cómica que le permite desarrollar más su personaje arquetípico. Así, aquí no sólo es un neurótico amante de un estilo de vida alternativo sino que además es un refugiado de otra era que se siente completamente perdido en este mundo futurista y neofascista.  Parte del encanto del personaje es que sirve de puente entre el mundo conocido por el espectador y el que se describe en la película. Así todos los comportamientos chocantes, todos los sucesos extraordinarios son apuntados por Allen, erigido aquí en portavoz del público.
Allen y la "esfera del placer"

En cuanto a la historia en sí, se trata de una hilarante parodia de conocidas obras de ciencia ficción como 1984, 2001: Una odisea en elespacio, La naranja mecánica, etc. Además le sirve al director para hacer una crítica de ciertos aspectos de la sociedad actual como la ineptitud de los gobernantes y la apatía ciudadana hacia la política (temas intemporales, éstos). También le permite expresar su particular opinión sobre Dios (que “gobierna en todas partes salvo en ciertas zonas de Nueva Jersey”), la Ciencia (“un motón de señores muy serios diseccionando ranas”) o la política.

La música está compuesta por Woody Allen y su banda de Jazz “The Ragtime Rascals” con la que toca el clarinete todos los lunes en un conocido club neoyorquino.

Es resumen, es una película desternillante e imprescindible. Como nota curiosa la película estaba pensada originalmente para durar el doble con la primera parte dedicada a mostrar la vida del personaje de Allen en el presente; pero Woody desechó la idea al no estar habituado a escribir y dirigir una película de más de una hora y media.

 

WOODY ALLEN I. El cineasta que surgió de la risa.
(segunda parte)

Allan Stewart Konigsberg nació en Brooklyn el 1 de diciembre de 1935. Sus padres venían de una familia de inmigrantes judíos y sencillamente no se soportaban. Su padre sólo conseguía trabajillos de poca monta y poco limpios y su madre, que había renunciado a sus estudios para llevar la casa, pagaba sus frustraciones con el pequeño. Su relación familiar fue tan mala que en la mayoría de sus películas la infancia de su personaje está llena de tristeza y resentimiento (por ejemplo, en Toma el dinero y corre los padres del protagonista aparecen con una máscara porque están avergonzados de su hijo). 

Con este panorama en casa, el chico se refugió en el cine. Según cuenta, en esa época había como veinticinco cines en su barrio (su favorito era el Kent que sale en La Rosa Púrpura del Cairo) y él iba muy asiduamente:
“A veces iba cuatro, cinco y seis veces por semana, o todos los días, tantas como el dinero que podía arañar. Siempre había un programa doble. ¡Y me encantaba!”

El cine Kent, el favorito de Allan
No era una mala época para hacerse cinéfilo, por cierto. Eran los años de la Edad de Oro de Hollywood y el joven Allan devoraba las películas de Fred Astaire, Humphrey Bogart, James Cagney, James Stewart, Gary Cooper,… Pero de todas ellas hubo unas que le marcaron profundamente: las películas de los Hermanos Marx y el cine europeo (en especial, Igmar Bergmar y Fellini). Las primeras, según cuenta, por “el surrealismo, la locura sin sentido y el ingenio”. De las segundas, que conoció ya de adolescente, le impresionó su madurez:

“El cine americano era básicamente de entretenimiento y escapista. El cine europeo era más combativo y adulto. […] Nos dejó impresionados. Era una maravillosa experiencia de descubrimiento. Además nos hizo interesarnos más por los directores y la historia del cine.”
Sin embargo, el cine no era su única afición. Cuando tenía diez años le regalaron una caja de magia y empezó a obsesionarse con elaborar nuevos trucos para sus amigos. En 1952 (con 17 años) llegó incluso a hacer una gira pero con escaso éxito. Por otro lado también empezó a mandar chistes a los periódicos bajo el seudónimo de Woody Allen. Estos chascarrillos sí le valieron un trabajo fijo como guionista de reputados cómicos (lo que le sirvió de excusa para dejar los estudios, algo en lo que por otra parte nunca puso mucho empeño).

Con el tiempo acabó haciendo sketches para series populares de TV. Allí conocería a Jack Rollins y Charles H. Joffe, los que serían sus productores en la mayoría de sus películas. Con ellos decidió embarcarse en un nuevo proyecto: hacer monólogos. Los productores no estaban muy convencidos de la idea (admitámoslo el chaval no era muy atractivo ya por entonces) pero aún así le apoyaron en su nueva empresa. Como era de prever el comienzo fue más bien frío. Woody comprendió enseguida que escribir buenos chistes no era lo mismo que interpretarlos. Si quería que esos monólogos calaran en el público necesitaba acompañarlos de cierta “puesta en escena”. Fue así como nació la figura del “neurótico neoyorquino” con grandes gafas de pasta y algo despeinado. Con el tiempo, Woody se hizo muy popular y empezó a acariciar su viejo sueño de dedicarse al cine.

LAS PRIMERAS PELÍCULAS


Su éxito en los escenarios le dio la oportunidad de escribir su primer guión cinematográfico para la película “What’s new, pussycat?”(1965) . Woody no guarda muy buen recuerdo de esta cinta que, debido a las interferencias de la maquinaria de Hollywood, se convirtió en un pobre desfile de estrellas y novietas de productores.

“Un productor puede aparecer y decir: “Quien un primer plano de esa actriz la primera vez que se le vea”. Y todo el mundo se pone a discutir. Las estrellan discuten entre sí, porque piensan que los otros actores tienen un papel mayor o más importante o diálogos más divertidos. Y todo esto no tiene fin. […] Sólo una vez entre un millón funciona, pero el 99% de las veces es un desastre”.

Woody aprende la lección y se jura a sí mismo que no volverá a escribir un guión de cine a menos que él mismo dirija la película. Aún así, todavía escribiría el guión de doblaje de una película japonesa “What’s up, Tiger Lily?” (1966) (un guión que convertía una película de espías en una comedia, un experimento que bien podría ser el precursor de “Humor Amarillo”) y una obra de de teatro llamada “Don't drink the water” antes de acometer su primera película como director.

TOMA EL DINERO Y CORRE / TAKE THE MONEY AND RUN (1969)
Woody escribió el guión de este falso documental sobre la vida de un raterillo de tres al cuarto junto a su amigo de infancia Mickey Rose. Después de un tiempo intentando sin éxito vender el guión a alguna productora, sus propios representantes Jack Rollins y Charles H. Joffe decidieron producir la película y dejar que Woody la dirigiera. La  película es en realidad una colección de sketches sobre atracos, fugas y algo de romance. En ella se observan las distintas influencias de la infancia del director: Charles Chaplin, Groucho Marx, etc. Como será habitual durante toda esta primera época la película resulta muy divertida pero deja poca huella en el espectador. La inexperiencia de Woody se hace patente en los planos puramente funcionales y sin ninguna innovación técnica más allá de usar imágenes de documentales reales en algunas escenas.



BANANAS (1971)
La segunda película de Allen es una parodia de la revolución cubana. Fielding Mellish una trabajador sin suerte conoce a una activista social de la que se enamora. Intentando impresionarla acaba involucrado en el alzamiento de un ficticio país sudamericano. De nuevo, la película es una colección de gags sin un hilo narrativo demasiado férreo. Woody comentará sobre estas primeras películas:

“No son más que ritmo rápido y chiste tras chiste y a otra cosa. […] Con ellas ganas algo y pierdes algo, porque resulta difícil implicarse con los personajes, pero resulta fácil hacer gracia”

En la película no faltan referencias a clásicos del cine como “Tiemposmodernos” (la primera escena de Fielding con la máquina), “El acorazadoPotemkin” (el carrito en las escaleras) o las escenas oníricas de Buñuel.

Haz click en la imagen para ver una escena de Bananas

SUEÑOS DE UN SEDUCTOR / PLAY IT AGAIN, SAM (1972)
Entre el estreno de su primera película y la producción de Bananas, Woody Allen escribió y participó en una obra de teatro llamada “Play it again, Sam”. Allí conoció a Diane Keaton y empezaron a salir juntos. La obra tuvo un éxito tremendo y no tardó en ser adaptada para el cine. La productora contrató al reparto original de la obra e incluso le ofreció a Woody dirigirla. Sin embargo, Woody no estaba interesado por un guión que había escrito hacía un par de años y representado más de 400 veces. Así que la dirección recayó en Herbert Ross. Este hecho hace que la película sea bastante especial y algo distinta a las demás cintas de ésta época del neoyorquino. No se trata de una colección de gags cómicos sino que narra una emotiva historia sobre un enamorado de Casablanca que, tras un traumático divorcio, intenta aprender como conquistar a una mujer con la ayuda de unos amigos… y del mismísimo Bogart. La película es una joya para cinéfilos ya que está plagada de referencias al cine clásico (especialmente a Bogart y Casablanca).  Se trata sin duda de uno de sus mejores guiones de esta época.

TODO LO QUE USTED SIEMPRE QUISO SABER SOBRE EL SEXO (PERO NUNCA SE ATREVIÓ A PREGUNTAR) / EVERYTHING YOU ALWAYS WANTED TO KNOW ABOUT SEX * BUT WERE TOO AFRAID TO ASK (1972)
“Basada” en el manual sobre sexualidad del mismo nombre, esta película se compone de siete sketches que giran alrededor de las relaciones sexuales. Gracias al generoso presupuesto de la United Artist, Allen puede contar con un plantel de lujo: John Carradine, Tony Randall, Lynn Redgrave, Burt Lancaster,… Gene Wilder protagoniza quizás el fragmento más celebrado del film interpretando a un médico que vive un tórrido romance… con una oveja. Desde el punto de vista técnico el más interesante es el tercer episodio, una parodia del cine italiano de la época, que le obliga al director a jugar con los planos y las sombras aunque sólo sea por pura diversión y sin ninguna intención artística. Otro sketch que se ha convertido en icónico es la pieza final donde se narra el acto sexual “desde dentro” (al estilo “La vida es así”). Woody Allen disfrazado de espermatozoide es una de las escenas más recordadas.


EL DORMILÓN (SLEEPER) (1973)
(ver el comentario del principio)

LA ÚLTIMA NOCHE DE BORIS GRUSHENKO (LOVE AND DEATH) (1975)
Su siguiente película es una sátira de la literatura rusa de Tolstoi y Dostoievski. Boris es un joven ruso enamorado de su prima (Diane Keaton) que es obligado a alistarse en las guerras napoleónicas. Según el propio Allen es su película más divertida de ésta época y está plagada de guiños a la literatura y el cine europeo con algunas parodias de Bergman y Eisenstein. También hay giños a Chaplin, los hermanos Marx y Bob Hope (todos ellos personajes admirados por Allen).

                La película se rodó en Francia y en Hungría e incluyó una miríada de extras. Todos los problemas que conllevó el rodaje hicieron que el director abandonara este tipo de grandes empresas durante mucho tiempo.


Esta es la última de las comedias puras basadas en gags del director. A partir de 1975, cansado del humor absurdo Woody empieza a interesarse por otro tipo de películas más intimistas y emotivas. Fue así como nació Annie Hall, pero eso es otra historia para otro momento…

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