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Días: 11 meses y 8 días
Vista en: Febrero de 2010.
Lugar: Retrobak 2010 (Granada).
Hoy le toca el turno a un clásico del cine de aventuras.
Rose Sayer (Katherine Herburn) es una misionera británica que, junto a su hermano Samuel, lleva una aldea en la Deutsch-Ostafrika (la colonia alemana que ocupa los que ahora es Tanzania). Las únicas noticias que le llegan del exterior las trae Charlie Allnut (Humphrey Bogart) que se encarga de repartir el correo en la zona gracias a su vetusta barcaza "La Reina de África", la única que es capaz de navegar los bajíos del río. El rudo y un tanto asilvestrado Charlie parece ser siempre una presencia incómoda para los educados y cultivados Sayers; pero no tanto como las noticias que trae sobre el transcurso del Primera Guerra Mundial.
Un día los alemanes atacan el poblado y Rose se ve obligada a huir con Charlie en la Reina de África. Cuando los dos se ponen a discutir sus opciones, Charlie comenta que no pueden descender el rio porque los alemanes mantienen un cañonero patrullando el lago el Konigin Louisa y propone navegar contra corriente hasta la colonia británica. Sin embargo, Rose está dispuesta a hacer un gran servicio a su país, eliminado uno de los barcos insignia del enemigo contando tan sólo con una vieja bañera y un malhumorado canadiense...
Uno de las razones de que la película funcione tan bien es que los actores hacen los papeles que le son más naturales. Katherine Herburn es una mujer independiente, de profundas convicciones morales y Bogart es un truhán descreído y malhablado que le gusta el whisky y la libertad que le proporciona su barca "La reina de África". Del conflicto entre estos dos personajes es de donde parte la magia de esta película. Un conflicto que se transluce sobre todo en los brillantes e ingeniosos diálogos.
Los diálogos suelen comenzar invariablemente con Charlie comentando alguno de los peligros mortales a los que se enfrentan, ante el cual Rose, en parte por inconsciencia, en parte por sentido del deber, permanece impasible y desdeña cualquier posibilidad de abandono por semejante nimiedad. Rose es el verdadero motor de la aventura. Sus férreos principios patrióticos unidos a su ingenuidad la empujan siempre hacia adelante despreciando cualquier amenaza. Las discusiones dialécticas siempre las acaba perdiendo Charlie, la eterna voz de la razón. En primer lugar porque si no la película no podría progresar pero sobre todo porque Charlie se siente atraído por Rose, quizás porque Rose, con su gran dignidad y convicciones, representa todo lo que él no podrá llegar a ser. Por su parte Rose también se empieza a sentir atraída por Charlie y su estilo de vida ligado a la Naturaleza y alejado de las convenciones sociales. Y la química que surge entre ellos es uno de los puntos álgidos de la película resultando un alegato en favor del viejo adagio de que "los opuestos se atraen".
Y todo ello unido a la inolvidable fotografía de Jack Cardiff con esa África de fondo tan hermosa y a la vez tan amenazadora. Un África salvaje, virginal y sensual. Un África que quizás se parezca más a la visión romántica de las novelas de aventuras y los relatos de la exploración blanca que al África real; pero que ofrece siempre un marco único para el romance y la épica.
En definitiva, uno de esos clásicos que todo el mundo debería ver al menos una vez en la vida.
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