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Ver las 1001 películas del libro "1001 películas que debes ver antes de morir" y hacer un pequeño post sobre cada una. Puedes seguir mis progresos en esta lista

#44. La muchacha de Londres / Blackmail (1929)


Ficha técnica: IMDB Wikipedia
Vistas: 39
Restantes: 962
Días: 7 meses y 2 días
Vista en: Miércoles, 6 de Octubre de 2010.
Lugar: Filmoteca de Andalucía (Biblioteca de Granada).

 
Bueno pues sigue el ciclo de Alfred Hitchcock en la Biblioteca de Granada. Hoy le toca el turno a la primera película sonora del director y posiblemente la primera del Reino Unido.

En las primeras escenas asistimos a todo el proceso de arresto de un criminal, desde su captura hasta que lo envían al calabozo, pasando el interrogatorio, la rueda de identificación, etc. Esta secuencia me hace pensar que se podría hacer un estudio histórico de los métodos policiales a lo largo del siglo XX viendo películas de Hitchcock. Por ejemplo, todos hemos visto hasta la saciedad esas típicas ruedas de reconocimiento con un cristal opaco por medio y el testigo junto al abogado del sospechoso en una habitación a oscuras. Sin embargo aquí no sólo no hay cristal sino que la testigo tiene que tocar físicamente al sospechoso para mostrar su decisión (recuerdo un capítulo de "Life on Mars" donde también se hacían las identificaciones así, por lo que lo del cristal debe de ser relativamente moderno). También es destacable esa "radio patrulla" que no es ni más ni menos que un enorme telégrafo instalado en la parte trasera del coche patrulla (y un telegrafista anexo). Después de esta instructiva escena, empieza la película propiamente dicha.

Una chica espera impacientemente en una comisaría a que salga su novio que trabaja como agente de policía. Cuando éste por fin hace acto de presencia la chica está visiblemente enfadada por la tardanza y nada parece hacerle cambiar de humor; ni siquiera una invitación al restaurante más solicitado de la ciudad. Porque verás la chica tiene otros planes más interesantes con un misterioso pretendiente. Cuando lo divisa entre la multitud, consigue deshacerse de su acompañante de malas maneras y se encuentra con aquél. La cita resulta bastante agradable; tanto que la chica acepta sin dudarlo mucho la invitación para ver su estudio. Sí, el chico es artista y no, no es un truco para ligar, tiene un cuadro muy grotesco en medio de la habitación para demostrarlo. Desgraciadamente, los "eventos" ocurridos durante esa noche en el dormitorio, le pondrán a la joven en una situación susceptible de ser aprovechada por un avieso personaje con avidez por el dinero fácil...



Se trata quizás del eslabón perdido entre la era del cine mudo y la era del sonido. Así, algunas escenas como las iniciales son completamente mudas con una banda sonora por encima y los actores se mueven exagerando los gestos. Sin embargo, para ser de las primeras películas sonoras, los diálogos están sorprendentemente bien elaborados. Además Hitchcock sabe manejar como un experto las nuevas posibilidades como se pone de manifiesto en una escena en la que vemos como la protagonista está obsesionada con una única palabra de una conversación: cuchillo.

En realidad, la película se empezó a rodar como una película muda, hasta que los directivos de la productora decidieron unirse al boom de las 'talkies' y Hitchcock tuvo que añadir diálogos sobre la marcha. Esto provocó ciertos problemas, siendo el más complejo el de la protagonista principal, Anny Ondra. Anny era checa y hablaba inglés con un acento, digamos, poco atractivo. Al igual que en la trama de "Cantando bajo la lluvia", se optó por el doblaje de sus escenas; ya que el cambio de actriz a esas alturas del rodaje era inviable. Esta situación provoca que la actuación de Anny sea un poco rara. Hay que apuntar que la chica que dobla a Anny, Joan Barry, tampoco es que tenga una voz portentosa. Demasiado aguda para mi gusto. Abajo podéis oír la voz original de Anny Ondra, que tampoco me parece tan mala, pero claro yo no soy inglés.



En la película se pueden observar todos los elementos de Hitchcock que comenté la semana pasada: los cambios de registro (como en la escena de la cita nocturna), el suspense (en este caso más acentuado ya que la película transcurre en menos de 24 horas) y el cameo del director (que en este caso se precia de ser el más largo y obvio de todas sus películas). Resulta bastante interesante, en cambio, que no haya elementos freudianos o charlas sobre sostenes. La única concesión al erotismo en esta película son los tres cambios de ropa que hace la protagonista.

Lo que sí tiene mucha importancia en el film son los objetos. En primer lugar está el grotesco cuadro de la habitación del artista. El cuadro representa a un bufón riéndose del observador y da mucho juego en todas las escenas de tensión. Por otro lado, tenemos los guantes de la chica que aparecen y desaparecen acompañados siempre de un gran significado implícito.

La película es simple pero extraordinaria en su dirección, la escena de Anny paseando como ida por en medio de la ciudad con los peatones pasando como si fueran fantasmas o la escena del cuchillo son magistrales.

Una película muy recomendable que quizás más de un fan de Hitchcock haya pasado por alto.

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