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Ver las 1001 películas del libro "1001 películas que debes ver antes de morir" y hacer un pequeño post sobre cada una. Puedes seguir mis progresos en esta lista

#975. Good bye, Lenin! (2003)


Ficha técnica: IMDB Wikipedia
Vistas: 38
Restantes: 963
Días: 7 meses
Vista en: múltiples ocasiones.
Lugar: en múltiples sitios.


La película de hoy se ambienta en el último año de vida de la República Democrática Alemana. Transcurre desde poco antes de la Caída del Muro hasta la Reunificación en 1990.

La protagonista de la historia es una familia germano-oriental que vive en Berlín Este. El padre huyó al Oeste abandonando a su mujer con sus dos hijos, Alex y Ariane. La madre, quizás como reacción, se convierte en una idealista y se vuelca hacia la causa comunista. Erigida en líder de su comunidad, no ceja de acosar a las instituciones gubernamentales para obtener cosas necesarias en su barrio como ropa, libros, etc. Su fe en el Comunismo es tal que cuando ve a su hijo Alex siendo arrestado brutalmente en una manifestación anti-gubernamental sufre un shock y cae en coma durante varios meses.

Durante ese tiempo cae el muro y Berlín Este se empieza a occidentalizar rápidamente. Alex consigue un nuevo trabajo de antenista junto a un residente de Berlín Oeste, Denis, un joven aspirante a director de cine. También conoce a Lara, una enfermera con la que empieza a salir. Cuando la madre despierta en el hospital, el médico le comunica a Alex que su corazón está muy débil y que cualquier sobresalto podría matarla. Alex comprende entonces que si su madre llegara a enterarse de los últimos acontecimientos desarrollados en su país, podría recibir un tremendo impacto. Así que decide, con la ayuda de Denis, su hermana Ariane y su novia Lara, hacer como si todo siguiera igual en la RDA. Para ello tendrán que redecorar la casa, conseguir alimentos que ya no están disponibles, recrear programas de radio y televisión, etc.

Se trata de una película que da una visión bastante nostálgica de la vida en la antigua RDA. Se centra sobre todo en las cosas más cotidianas. Así se pueden observar los coches Trabant (popularmente conocidos como "Trabbi"), los programas escolares, la ropa, e incluso botes de pepinillos. El objetivo de la cinta no es criticar el régimen de la extinta república (algo en lo que ya se profesan otras películas alemanas como “La vida de los otros”), sino dar una visión del día a día de sus ciudadanos y de cómo esa existencia uniforme y aséptica en la que viven es absorbida a lo largo del proceso de unificación por las multinacionales occidentales que inundan rápidamente la república comunista de infinidad de productos distintos. 

Uno de los aspectos más fascinantes de la película es el cambio tan grande de Berlín Este en tan poco tiempo. De tal forma que a los protagonistas les resulta casi imposible encontrar cosas de la RDA que seguramente eran las únicas disponibles hace sólo unos meses. Socialmente los jóvenes parecen asimilar el cambio muy rápido. Por ejemplo, en el tiempo que la madre está en coma, Ariane comienza a trabajar en una Hamburguesería y se echa un novio occidental. De hecho, está tan occidentalizada que se convierte en la mayor opositora al plan de Alex. En cambio, las personas mayores se ven perdidas y sin rumbo y se refugian en esa casa que se ha convertido en el último reducto de la RDA. El último vestigio de la única vida que conocen.


Respecto al argumento, la primera vez que la vi me pareció conmovedora la dedicación del protagonista en que su madre no notara cómo habían cambiado las cosas. Esa lealtad irredenta chocaba con la apatía de la hermana, poco entusiasta a tener que renunciar a su recién obtenida libertad. Ésta me resultó antipática y egoísta, ya que no estaba dispuesta a hacer ningún sacrificio por el bien de su madre. Sin embargo, en posteriores visionados, algunas personas me han hecho notar que la hermana tiene en parte razón cuando dice que no puede apartar a su madre del mundo eternamente y que la está infravalorando al asumir que su madre no podrá aguantar el golpe. Este nuevo enfoque da a la actitud de Alex un cierto toque siniestro al querer controlar cada minuto de la vida de su madre por el mero hecho de considerarla débil. Creo que esta visión es un poco injusta con el protagonista ya que él sólo hace lo que cree que es mejor para su madre y no hay que olvidar que el médico asegura firmemente al principio de la película que cualquier impresión fuerte podría matarla. Desgraciadamente, a estas alturas soy incapaz de descubrir cuál era la auténtica intención del director. No deja de ser curioso cómo cambia una película cuando la ves varias veces. Sin duda todo esto daría para un largo debate.

Dejando a un lado todo eso, es una película muy divertida y emocionante. De esas que no importa ver una y otra vez.

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