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Ver las 1001 películas del libro "1001 películas que debes ver antes de morir" y hacer un pequeño post sobre cada una. Puedes seguir mis progresos en esta lista

#729. Brazil (1985)


Ficha técnica: IMDB Wikipedia
Vistas: 17
Restantes: 984
Días: 43
Vista en: Martes, 20 de Abril de 2010.
Lugar: Facultad de Ciencias de la Universidad de Granada.


"Confess quickly! If you hold out too long you could jeopardize your credit rating./
Confiesa rápido! Si aguantas demasiado podrías poner en peligro tu línea de crédito."

Posiblemente una de las mejores películas de ciencia ficción jamás hechas. Estrenada en 1985, está construida como una especie de sátira de 1984 de George Orwell.

Se desarrolla en una Gran Bretaña donde la burocracia lo ha devorado todo. Para cualquier cosa se necesita un formulario debidamente cumplimentado, incluso los familiares de los arrestados son obligados a firmar un recibo para poder recuperar en un futuro a su ser querido. Además el Ministerio de Información actúa como elemento represor arrestando y torturando ciudadanos sin ninguna otra razón aparente que la de encontrar a unos supuestos terroristas que nunca aparecen. Como en toda buena sociedad capitalista que se precie, el Gobierno está ligeramente preocupado por el coste que esto supone para el contribuyente y ha decido obligar a los sujetos por el coste de su tortura. De esa manera además se pueden ofrecer interesantes ofertas a aquellos presos que confiesen pronto del tipo "¡Confiesa antes de 5 minutos y consigue un 75% de descuento!".

Otro de los aspectos extravagantes de esta desquiciada sociedad es su total dependencia de una maquinaria que nunca parece funcionar correctamente. Esto último seguramente sea debido a la cantidad de papeleo que hay rellenar para reparar cualquier cosa y a que los Servicios Centrales (una especie de sindicato mafioso) tiene el más completo monopolio sobre las reparaciones. En estas circunstancias la única esperanza que tienen los ciudadanos de poder ver funcionar sus aparatos recae en unos dedicados robin hoods de las reparaciones que se dedican a allanar moradas para arreglar lo haya que arreglar. Uno de estos esforzados maestros de la tecnología es Archibald "Harry" Tatle (interpretado por Robert de Niro). Es uno de mis personajes preferidos porque cierto aire épico a la vez de ser igual de absurdo que el mundo que lo rodea.

Pero el verdadero protagonista de la historia es Sam Lowry (Jonathan Pryce) un gris oficinista del Departamento de Registros, que no obstante parece ser bastante feliz con su posición y rechaza todos los intentos de su madre (que está bien posicionada) por conseguir que lo promocionen al Departamento de Obtención de Información (el de las grandes rebajas en torturas). Pero pronto todo su mundo se verá alterado cuando un error administrativo le lleva a encontrarse con la chica de sus sueños (literalmente). Sam tendrá que moverse por ese mundo de locura para intentar localizarla antes de que el Ministerio le ofrezca uno de sus saldos...

El ambiente está creado con un estilo retro. La estética es la que podía haber tenido la película de haber sido realizada en la década de los 40. Los ordenadores son poco más que máquinas de escribir con televisores adosados y la ropa está dominada por los tirantes y las gabardinas. A su vez la iluminación y el desarrollo de partes de la trama recuerdan a las películas clásicas del cine negro.

La película atrapa desde el principio. La utilización de una gran gama de ángulos de cámara y el uso de espacios muy reducidos hace mucho por transmitir usa sensación de completa opresión. Las habitaciones y pisos son cajas de cerillas y, para más inri, están plagadas de tuberías y maquinaria. La necesidad de escapar se hace patente en el espectador desde el principio. Y ese el leit motiv de la película: los intentos de un hombre de cumplir su sueño de salvar a su amada y huir lejos a un lugar donde sólo su imaginación puede llevarle.

La película está llena de pequeños detalles y críticas a la sociedad actual: la madre de Sam y una amiga suya dedican su vida a interminables operaciones de estética (aunque ello les cueste la salud), una niña le pide una tarjeta de crédito a Papa Noel mientras pasa un coche con el rótulo "Consumidores por Cristo",...

Sin duda es una película que merece ser vista muchas veces y que deja un poso de temor al comprender que este caótico y neurótico universo quizás sea, de entre todos los futuros de ficción creados, el más realista.

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